lunes, 14 de abril de 2014

Last Minute

Mi columna en DEIA, Last Minute

Last MinuteHACE algunos años, si a estas alturas todavía no tenías los billetes para salir con tu familia de vacaciones, tenías un problema difícil de resolver. Las agencias y los mayoristas de viajes no disponían de la tecnología ni de la flexibilidad suficiente para poder disponer de ofertas de última hora. Con la llegada de Internet todo esto cambió, pasando la ola por encima a todas aquellas empresas relacionadas con el turismo y los viajes que no supieron adaptarse.

DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
Last Minute
POR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 14 de Abril de 2014 - Actualizado a las 05:44h     
HACE algunos años, si a estas alturas todavía no tenías los billetes para salir con tu familia de vacaciones, tenías un problema difícil de resolver. Las agencias y los mayoristas de viajes no disponían de la tecnología ni de la flexibilidad suficiente para poder disponer de ofertas de última hora. Con la llegada de Internet todo esto cambió, pasando la ola por encima a todas aquellas empresas relacionadas con el turismo y los viajes que no supieron adaptarse.
Siempre hemos escuchado la historia sobre esa pareja que se acercaba al aeropuerto con dos maletas, uno con ropa de verano y otra con ropa de invierno. Iban de mostrador en mostrador de líneas aéreas hasta dar con el vuelo más barato que saliera en ese last minute (último minuto) al destino de vacaciones que fuera. Nunca me lo acabé de creer porque aparecer en Dakar o en Pernambuco sin tener un alojamiento reservado quizás no sea para mí. Esto mismo navegando por la web sí me lo acabo de creer. Puedo buscar hoteles, excursiones, alquilar el coche o simplemente coger un vuelo y salir con la mochila de viaje.
La otra historia está en saber si voy a encontrar precios baratos. Viajar en avión en este momento desde Bilbao a Madrid se ha convertido en caro, comparado con las ofertas que existían no hace muchos años. Por muchas vueltas que le des al comparador de vuelos, a mí al menos, el precio no me convence.
Busco el vuelo más barato, salida el martes y regreso el sábado, 108 euros. Perfecto, le doy a reservar y la oferta ya pasa a ser de 120 euros y si quiero facturar dos maletas 120 euros más. Me llaman por teléfono, y cuando vuelvo al ordenador y pido actualizar la oferta, el precio ha subido a 147 euros, gracias a las cookies. Estos chivatos se convierten en el enemigo del usuario que busca viajes. Las compañías las usan para grabar en ellas el interés del cliente por un vuelo y crear una falsa inflación, si vuelves a realizar la misma consulta. Para saltárselo borra las cookies.
Si quieres un viaje de última hora, Internet es maravilloso para reservar ese hotelito con encanto que no aparece en ningún circuito de agencias, o ese agroturismo al que puedes llamar y negociar tu precio, o para hacer reservas con seis meses de antelación. Esa es mi experiencia, si tienes otra me la puedes contar a la vuelta de tus vacaciones.

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