lunes, 31 de agosto de 2015

Las fotos de las vacaciones

Mi columna en DEIA, Las fotos de las vacaciones

Las fotos de las vacaciones
Durante este verano has sacado fotos con tu cámara digital, con tu smartphone, has grabado videos y te has prometido a ti mismo que no van a quedar almacenadas en una carpeta, que nunca volverás a mirar, denominada verano 2015. No has borrado ninguna foto, ni siquiera las borrosas o las que tienen ojos rojos, porque te has prometido a ti mismo que en cuanto las pases a tu ordenador, las vas a retocar y corregir. Pero al final, nunca hay tiempo y las fotos quedan guardadas en un disco externo, junto con miles de cumpleaños, comidas familiares, paisajes con figuras y demás. Los gigas de almacenamiento son tan baratos que nos dedicamos a disparar y disparar, y muchas veces no disfrutamos del paisaje, del momento o de la familia, porque estamos ocupados en guardar el recuerdo en una archivo digital.

DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
Las fotos de las vacaciones
POR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 31 de Agosto de 2015 - Actualizado a las 07:52h
Durante este verano has sacado fotos con tu cámara digital, con tu smartphone, has grabado videos y te has prometido a ti mismo que no van a quedar almacenadas en una carpeta, que nunca volverás a mirar, denominada verano 2015. No has borrado ninguna foto, ni siquiera las borrosas o las que tienen ojos rojos, porque te has prometido a ti mismo que en cuanto las pases a tu ordenador, las vas a retocar y corregir. Pero al final, nunca hay tiempo y las fotos quedan guardadas en un disco externo, junto con miles de cumpleaños, comidas familiares, paisajes con figuras y demás. Los gigas de almacenamiento son tan baratos que nos dedicamos a disparar y disparar, y muchas veces no disfrutamos del paisaje, del momento o de la familia, porque estamos ocupados en guardar el recuerdo en una archivo digital.
Las fotos son para compartir, para que otros amigos o familiares las puedan ver, para comentar y charlar con ellos. Pero esa charla no tiene porque ser cara a cara, pueden ser comentarios escritos o discusiones a través de las redes sociales o cualquier programa con el que compartir esos momentos gráficos. Tanto FaceBook como Instagram son herramientas muy útiles. Pero hay que saber utilizarlas. La política de privacidad está para aplicarla. Si no quieres que todo el mundo vea tus fotos, puedes marcar las casillas correspondientes y decidir quien puede verlas y quien no. Están apareciendo cada día más aplicaciones que nos permiten, además de publicar y compartir las fotos en las redes sociales, organizarlas todas pero de forma automática. No solo por fecha, sino que al tener activada la función GPS de tu móvil, puedes buscarlas dependiendo de donde se realizaron, de las personas que aparecen en ellas o en función de muchas variables que nosotros tenemos que saber controlar.
Así es la nueva forma de ver y compartir. No me sirve que digas que no quieres que te hagan fotos porque luego las suben a las redes sociales y no tienes control sobre ellas. Quieras o no, vas a aparecer en ese álbum de fiestas de Bilbao, donde quedaste con la cuadrilla y se dispararon miles y miles de fotos y donde todo el mundo escribió comentarios sobre lo bien que nos lo pasamos o como hemos cambiado. Y recuerda, la vida es en 16:9.

lunes, 24 de agosto de 2015

Teletrabajando en vacaciones

Mi columna en DEIA, Teletrabajando en vacaciones

Teletrabajando en vacacionesLA evolución de la tecnología es uno de los aspectos más importantes a la hora de plantearse la posibilidad de poder trabajar en remoto. Ordenadores portátiles con más prestaciones y conexiones a Internet cada día más rápidas y accesibles (4G) son la base para empezar a trabajar. Yo utilizo una herramienta como Google Hangout, con la que además de establecer una videoconferencia en grupo, podemos trabajar de forma colaborativa sobre un documento varias personas a la vez, puedo mostrar mi pantalla de ordenador y mostrar un programa que esté ejecutando en ese momento. A pesar de lo potente que es, daba la impresión que Google lo había dejado un poco abandonado, pero nada de eso. Estas semanas ha sacado la versión para web, lo que permite que el acceso a esta aplicación sea cada vez más sencillo no solo desde un ordenador sino desde cualquier dispositivo móvil que cuente con un navegador de Internet.

DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
Teletrabajando en vacaciones
POR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 24 de Agosto de 2015 - Actualizado a las 06:05h  
LA evolución de la tecnología es uno de los aspectos más importantes a la hora de plantearse la posibilidad de poder trabajar en remoto. Ordenadores portátiles con más prestaciones y conexiones a Internet cada día más rápidas y accesibles (4G) son la base para empezar a trabajar. Yo utilizo una herramienta como Google Hangout, con la que además de establecer una videoconferencia en grupo, podemos trabajar de forma colaborativa sobre un documento varias personas a la vez, puedo mostrar mi pantalla de ordenador y mostrar un programa que esté ejecutando en ese momento. A pesar de lo potente que es, daba la impresión que Google lo había dejado un poco abandonado, pero nada de eso. Estas semanas ha sacado la versión para web, lo que permite que el acceso a esta aplicación sea cada vez más sencillo no solo desde un ordenador sino desde cualquier dispositivo móvil que cuente con un navegador de Internet.
Lo que buscamos es que haya un estilo de vida flexible. Tecnología y flexibilidad son elementos fundamentales para la fuerza de trabajo actual
Pero la verdadera barrera para que el teletrabajo sea un éxito en una empresa es que se entienda por ambas partes el concepto de productividad. Por un lado, los empresarios que sigan creyendo que ser productivo significa estar en la oficina y seguir unos horarios estrictos tienen los días contados. Ser productivo significa marcar unos plazos realistas para el desarrollo de un proyecto y que éstos se cumplan. Por otro lado, la flexibilidad necesaria para trabajar en cualquier lugar y en cualquier momento hace creer a muchos trabajadores que difumina los límites entre el trabajo y la vida personal. Es una cuestión de modificar los hábitos de trabajo y pensar en la agenda de otra forma. Las 8 horas de trabajo, 8 horas de ocio y 8 horas de descanso no se tienen que hacer de forma seguida. Podemos trabajar, tener ocio, volver a trabajar, volver al ocio...
Evidentemente, puede haber un mal uso que haga que las personas echen muchas más horas, pero lo que buscamos es que haya un estilo de vida flexible. Tecnología y flexibilidad son elementos fundamentales para la fuerza de trabajo actual. Un estudio del BBVA sobre el teletrabajo dice que la productividad aumenta entre un 5 y un 25% con respecto a los que trabajan 40 horas en la oficina. A mi me ha faltado una buena conexión a Internet para compaginar vacaciones y trabajo. Otro año será.

lunes, 17 de agosto de 2015

Las cabinas ya no son para el verano

Mi columna en DEIA, Las cabinas ya no son para el verano

Las cabinas ya no son para el veranoPOCO a poco y de forma silenciosa desaparece un invento que no tiene ni un siglo de existencia. La telefonía móvil se come a las cabinas de teléfono. No estamos hablando de la cosechadora que destierra la mano de obra o de robots que sustituyen a miles de empleados. Se trata de como una tecnología moderna, se come a otra tecnología.
En la actualidad la única razón que hace que podamos encontrar un teléfono público en alguna plaza es un Real Decreto que dice: “Debe existir un teléfono público de pago por cada 1.500 habitantes, en municipios de 500 o más residentes. Debe estar disponible las 24 horas del día y los 365 días del año”.
Hoy, de vacaciones, he pasado junto a una de esas cabinas que solo recuerdo haber usado en verano. Había que esperar hasta las 10.00 de la noche, porque a partir de ese momento las conferencias eran más baratas y podías estar más tiempo. Veías largas colas en los sitios de veraneo a partir de esa hora.

DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
Las cabinas ya no son para el verano
POR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 17 de Agosto de 2015 - Actualizado a las 06:04h     
POCO a poco y de forma silenciosa desaparece un invento que no tiene ni un siglo de existencia. La telefonía móvil se come a las cabinas de teléfono. No estamos hablando de la cosechadora que destierra la mano de obra o de robots que sustituyen a miles de empleados. Se trata de como una tecnología moderna, se come a otra tecnología.
En la actualidad la única razón que hace que podamos encontrar un teléfono público en alguna plaza es un Real Decreto que dice: “Debe existir un teléfono público de pago por cada 1.500 habitantes, en municipios de 500 o más residentes. Debe estar disponible las 24 horas del día y los 365 días del año”.
Hoy, de vacaciones, he pasado junto a una de esas cabinas que solo recuerdo haber usado en verano. Había que esperar hasta las 10.00 de la noche, porque a partir de ese momento las conferencias eran más baratas y podías estar más tiempo. Veías largas colas en los sitios de veraneo a partir de esa hora.
Yo conocía algunas cabinas que se usaban con fichas que tenías que comprar, luego las de tres pesetas que entraban en una rendija protegida por un cristal y las de un duro, cinco pesetas, que se quedaban en una rampa y caían al ritmo del contador de pasos. La última vez que usé una cabina fue en Madrid, hace años, con una tarjeta que me costó comprar, porque solo las vendían en los estancos.
Me quedé sin batería y menos mal que todavía recordaba los números de teléfono. Con las agendas y contactos de nuestros smartphones ya nadie memoriza un número de teléfono.
¿Cuando es la última vez que utilizaste una cabina de teléfono? Hace tiempo leí que en Bélgica ya las habían quitado de las calles. Además de guardar unas cuantas en los museos de tecnología, quizás se les pueda dar otro uso.
Los últimos modelos de cabina ya no servían ni para que Superman se pudiera cambiar de ropa. Pero a todas ellas les llega un cable con electricidad y otro con datos. Reconvertirlas en puntos wifi, o enchufes donde poder recargar nuestros teléfonos móviles, estaciones de carga de coches eléctricos,...
En algunos países como Estonia, han puesto cabinas para conectarte mediante Skype, pero salvo en algún hotel no he visto que esto haya tenido éxito. Si ves una cabina de teléfonos, hazte una foto con ella, puede que luego ya sea demasiado tarde.

lunes, 10 de agosto de 2015

Google Fit, ‘smartphone’ y verano

Mi columna en DEIA, Google Fit, ‘smartphone’ y verano

Google Fit, ‘smartphone’ y veranoHOY es mi cumpleaños y, aunque no me hubiera importando que me regalaran una de esas pulseras cuantificadoras que te monitorizan el ritmo cardíaco, puedo medir mi actividad física, mi peso y los kilómetros que ando al día, simplemente gracias a mi smartphone y una sencilla aplicación que se llama Google Fit. Existen muchos programas que hacen lo mismo, las tiendas de apps, tanto para Android, Windows o iOS, tienen un montón de utilidades similares. Pero lo bueno de esta aplicación es que se integra con muchas otras aplicaciones deportivas y no es necesario disponer de una pulsera cuantificadora que mida nuestra actividad. Toma los datos directamente del podómetro que tiene nuestro teléfono móvil. La University of Pennsylvania ha realizado un estudio en el que una de las conclusiones más interesantes es que los dispositivos wearables no son más fiables que los smartphones para medir la actividad física.

DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
Google Fit, ‘smartphone’ y verano
POR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 10 de Agosto de 2015 - Actualizado a las 06:03h   
HOY es mi cumpleaños y, aunque no me hubiera importando que me regalaran una de esas pulseras cuantificadoras que te monitorizan el ritmo cardíaco, puedo medir mi actividad física, mi peso y los kilómetros que ando al día, simplemente gracias a mi smartphone y una sencilla aplicación que se llama Google Fit. Existen muchos programas que hacen lo mismo, las tiendas de apps, tanto para Android, Windows o iOS, tienen un montón de utilidades similares. Pero lo bueno de esta aplicación es que se integra con muchas otras aplicaciones deportivas y no es necesario disponer de una pulsera cuantificadora que mida nuestra actividad. Toma los datos directamente del podómetro que tiene nuestro teléfono móvil. La University of Pennsylvania ha realizado un estudio en el que una de las conclusiones más interesantes es que los dispositivos wearables no son más fiables que los smartphones para medir la actividad física.
Una vez instalada la aplicación, crearemos un perfil con nuestra altura, género y peso y nos pondremos un objetivo, andar una hora, correr veinte minutos o lo que estemos dispuestos a cumplir cada día. Todo lo que vayamos haciendo lo detectará de forma automática, no es necesario decirle que ahora vamos en bici o que estamos corriendo, el sistema aprende con nosotros y sabrá reconocer la actividad que estás desarrollando. Puedes ir viendo las estadísticas diarias, semanales, mensuales, ir metiendo tu peso y tendrás un histórico que podrás compartir, por ejemplo, con tu médico que tendrá un conocimiento exacto de tu actividad.
En Estados Unidos muchas compañías de seguros médicos hacen descuentos a aquellas personas que miden y facilitan estos datos a sus doctores. Ya no puedes mentir en la consulta diciendo que cada día corres un maratón. Nos tenemos que olvidar de engañarnos a nosotros mismos, con la salud no se juega.
Mi consejo es que unas esta app, con otras como Instant Heart Rate que registra nuestra frecuencia cardíaca usando la cámara de fotos y flash de nuestro Android; Runtastic nos permite registrar nuestras rutas para ver el trayecto en el mapa, el tiempo, distancia, velocidad, ritmo, calorías, altitud, o Strava, diseñada para entrenamientos de ciclismo. Aprovecha este verano para instalarla y mejorar tu salud.

lunes, 3 de agosto de 2015

Los museos tecnológicos son para el verano

Mi columna en DEIA, Los museos tecnológicos son para el verano

Los museos tecnológicos son para el veranoSIEMPRE que he podido viajar he visitado los museos de ciencia o de tecnología de aquellas ciudades que disponen de uno de ellos. El London Science Museum, el Museum of Science and Industry de Manchester, el New York Hall Of Science y el Computer History Museum de Mountain View en Estados Unidos son mis favoritos. Pero hay otros muy importantes como The Tech Museum of Innovation, San José, Estados Unidos, el Computerspielemuseum de Berlín, Alemania, Bletchley Park en Reino Unido, que es donde trabajó Alan Turing, el de la máquina Enigma, quizás te suene por la película que estuvo nominada a los premios Oscar de este año. Pero si no puedes ir tan lejos voy a darte unas pistas más cercanas.

DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
Los museos tecnológicos son para el verano
POR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 3 de Agosto de 2015 - Actualizado a las 06:11h
SIEMPRE que he podido viajar he visitado los museos de ciencia o de tecnología de aquellas ciudades que disponen de uno de ellos. El London Science Museum, el Museum of Science and Industry de Manchester, el New York Hall Of Science y el Computer History Museum de Mountain View en Estados Unidos son mis favoritos. Pero hay otros muy importantes como The Tech Museum of Innovation, San José, Estados Unidos, el Computerspielemuseum de Berlín, Alemania, Bletchley Park en Reino Unido, que es donde trabajó Alan Turing, el de la máquina Enigma, quizás te suene por la película que estuvo nominada a los premios Oscar de este año. Pero si no puedes ir tan lejos voy a darte unas pistas más cercanas.
El Museo Torres Quevedo en Madrid, una figura de referencia en la ingeniería que trabajó en el desarrollo de máquinas de cálculo, sistemas de transmisión inalámbrica y sistemas electromecánicos para disputar partidas de ajedrez entre un humano y una máquina.
Museos Científicos Coruñeses (=mc2). Son tres museos, la Casa de las Ciencias, un museo interactivo que posee un planetario y tres plantas de exposiciones (experimentos físicos, exposición temporal y actualidad científica). El Domus, consta de más de 200 módulos interactivos sobre genética, inteligencia y evolución y Aquarium Finisterrae.
Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya. Alberga una exposición sobre arquitectura para la industria, incluye un espacio para la exposición de vehículos antiguos, una de las colecciones más completas de ordenadores antiguos de Europa, una terraza del Sol con experimentos interactivos para conocer más sobre esta estrella y juegos interactivos para descubrir cómo funciona el cuerpo humano.
Museo Elder en Gran Canaria. Su lema es “prohibido no tocar”. En sus salas hay un planetario, un invernadero e incluso un simulador de vuelo situado en la cabina de un avión de combate ya retirado.
Y si ya has vuelto o no has podido ir de vacaciones, muy cerca de aquí tienes Eureka! Zientzia Museoa en Gipuzkoa, con numerosas salas de distintas temáticas: cuerpo humano, jardín de la ciencia, Planetarium Txiki y Animalia. Para que no digan que solo buscas sol y playa.