El navegador no tiene quien le navegue, colaboración con DEIA
El viernes 4 de abril,
Eunate F. Domínguez, me pidió mi opinión sobre como usamos los GPS de los coches, a colación del suceso que ocurrió en Abanto-Zierbena (Bizkaia) donde
un camión se quedo atrapado en una curva. Lo primero que hay que decir es que el GPS tiene que ser gobernado por nosotros y no dejar que el decida como y por donde queremos conducir. Estos sistemas están cada día más evolucionados y los posibles errores se comenten mas por desconocer su funcionamiento que por el propio sistema. En el
menú de configuración, si también tu modelo de GPS dispone de esa opción, podemos seleccionar el peso de nuestro vehículo, la distancia entre ejes, si llevamos un remolque, si se trata de un turismo o de una autocaravana. Si el conductor del camión le hubiera indicado estos simples datos, el GPS nunca le hubiera echo llegar hasta esa curva.
Otro problema es el de los nombres de las calles y los números. En ocasiones sabemos la calle, pero no el número exacto. Para los que conocen Madrid, imagínate lo que supone escribir que vas al número 1 del Paseo de la Castellana o al número 300. Luego es el GPS el que me ha dejado en la
Biblioteca Nacional, cuando yo donde quería ir es al Hospital Universitario La Paz. Es un contrasentido, llegar a un punto que hemos metido en el GPS, como puede ser una oficina o una fábrica, y que al llamar a la empresa nos responda con que "si ya se es que google maps nos ha posicionado en ese descampado, y no se porque". Pues yo si se porque, y además se como se resuelve eso, y no entiendo por qué las empresas no le dan importancia a estar bien situadas y ubicadas en los mapas de google. Si estamos así, imaginaros lo que pasa cuando vamos a decirles que se puede vender a través de Facebook y Twitter. ¿A través de qué?
Os escribo a continuación el texto completo del artículo:
POR UN ERROR DEL GPS
El navegador no tiene quien le navegue
TRAS CASI TREINTA HORAS, EL CAMIÓN ATASCADO EN EL BARRIO DE LA BALASTERA POR UN ERROR DEL GPS PUDO SEGUIR SU CAMINO
UN REPORTAJE DE EUNATE F. DOMÍNGUEZ - Viernes, 4 de Abril de 2014 - Actualizado a las 03:58h
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El camión cisterna atascado en el barrio abantoarra (Zigor Alkorta) por cortesía DEIA |
JÜRGEN Steen ya puede respirar aliviado. Costó, y mucho, pero tras casi treinta horas con su tráiler atascado en una curva de La Balastera, ayer pudo retomar su marcha y terminar así con el rocambolesco accidente que le tuvo más de un día retenido -se atoró a las 8.00 horas del miércoles y el vehículo quedó liberado sobre las 13.00 horas de ayer- en este barrio de Abanto-Zierbena. Su navegador le complicó el rescate y le dejó atrapado en una vía estrecha sin posibilidad de avanzar ni de retroceder.
Los GPS son sistemas inteligentes para facilitar al conductor su recorrido, pero les falta el sexto sentido del hombre para resolver los problemas que surgen en las carreteras. Y esto es precisamente lo que le ocurrió a Jürgen el pasado miércoles tras seguir las instrucciones de su navegador hasta llegar a una vía tan estrecha que no pudo ni pasar ni retroceder. Se quedó atascado. Afortunadamente, la familia de Esther Calero, una vecina del número 20, le dio cobijo y le puso un plato en la mesa en la hora de la comida y la cena para que, al menos, aplacase los nervios del accidente con el estómago lleno.
No es la primera vez que alguien se pierde tras seguir al detalle las indicaciones de su navegador. "El GPS no es un café para todos", comenta Juan de la Herrán, colaborador tecnológico de DEIA. "Hay gente que no sabe utilizarlo y se limita a sentarse en el coche y dejar que les gobierne", añade. Para evitar perderse o situaciones como las que vivió el pasado miércoles Jürgen, lo más importante, según Juan de la Herrán, es configurar el aparato. "Nuestro navegador nunca se equivoca. Lo hacemos nosotros que no le indicamos bien lo que queremos", señala. "Hay que decirle el lugar exacto al que queremos ir, y si preferimos autopista o carreteras más eficaces que no tengan semáforos u obras", señala Juan.
MÁS INCIDENTES
Esther Calero, la vecina de Abanto-Zierbena, asegura a este periódico que no es la primera vez que en este tramo ocurren sucesos así tras una mala indicación de los navegadores. "Hace unos años, otro camión también se quedó atascado un poco más arriba", señala. "No es la primera vez que pasa y seguirá pasando hasta que nos pongan un muro y una señal, porque además es un tramo que resbala mucho". Sin embargo, el concejal de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Abanto-Zierbena, Jon Cuesta, reconoce que "esas obras ya habían comenzado antes de que el camión se quedase atascado". Y añade que "nunca se han visto incidentes así en ese tramo". Para evitar que estas situaciones se repitan, el Ayuntamiento planea colocar unos resaltos para controlar de esta forma la velocidad y una señal para impedir que puedan bajar camiones.
No obstante, el mejor remedio es sin duda alguna no dejar que el GPS dirija al conductor. "Si el GPS te dice que gires a la derecha y atropelles a diez niños, mejor plantéatelo", bromea Juan de la Herrán. Y aunque a primera vista parece una simple exageración que nunca ocurriría en la vida real, el GPS ha llevado a muchos conductores a un límite insospechado.
TOUR COMPLETO
Una situación similar a la de Abanto-Zierbena se vivió la pasada semana en pleno casco urbano de Barakaldo. Aunque, nada que ver con la experiencia de una mujer de 67 años que, el 14 de enero del pasado año, se hizo un tour en toda regla por Europa. Fue su GPS el encargado de que recorriese 1.450 kilómetros. Aquella mañana, Sabine Moreau salió de su casa, en el oeste de Bélgica, con la intención de llegar a Bruselas a recoger a la novia de su hijo. El trayecto constaba de 32 kilómetros. Doce horas más tarde, Sabine ya se encontraba en Zagreb (Croacia), a 1.450 kilómetros de Bruselas. "Metí la dirección y después el GPS dio varios rodeos. Ahí es cuando algo debió de salir mal", confesaba tras su alocado viaje.
No se trata de un hecho aislado. El GPS ha jugado malas pasadas a otros conductores, costándoles incluso la vida. Hace cuatro años, un hombre perdió la vida en Badajoz tras caer su coche al pantano de La Serena mientras circulaba por una carretera cortada, tras seguir las indicaciones de su GPS. Al parecer, el aparato no le indicó que esa vía estaba cortada, y confuso por la falta de iluminación, no se percató de que ese camino no tenía salida. Reaccionó demasiado tarde y su frenazo no fue suficiente para que su Peugeot 306 se sumergiera en el agua. Su acompañante salió ileso, ya que sabía nadar. Sin embargo, el conductor no corrió la misma suerte y perdió la vida. Lo dice el experto, "el navegador necesita quien le navegue".