lunes, 27 de agosto de 2012

Elecciones 2.0

Mi columna en DEIA, Elecciones 2.0

Elecciones 2.0EL 4 de noviembre de 2008 se celebraron las últimas elecciones a presidente de los Estados Unidos. Durante los meses previos, quisieras o no, tenías información de las mismas y de su desarrollo, pero casi nadie se dio cuenta que eran quizás las primeras elecciones en las que el uso de los nuevos conceptos tecnológicos resultaron cruciales. Las redes sociales, la página web personal, los blogs, la mensajería mediante telefonía móvil (sms), los vídeos on line o incluso los videojuegos, tuvieron un papel determinante en toda la campaña. Los procesos electorales están envueltos en multitud de factores que acaban determinando el resultado final, puede decirse que en el caso de las americanas de 2008, los nuevos medios de comunicación fueron decisivos a la hora de otorgar la victoria a uno de los candidatos.
DESCONOZCO QUE CONOZCO
Elecciones 2.0
JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 27 de Agosto de 2012 - Actualizado a las 05:38h
EL 4 de noviembre de 2008 se celebraron las últimas elecciones a presidente de los Estados Unidos. Durante los meses previos, quisieras o no, tenías información de las mismas y de su desarrollo, pero casi nadie se dio cuenta que eran quizás las primeras elecciones en las que el uso de los nuevos conceptos tecnológicos resultaron cruciales. Las redes sociales, la página web personal, los blogs, la mensajería mediante telefonía móvil (sms), los vídeos on line o incluso los videojuegos, tuvieron un papel determinante en toda la campaña. Los procesos electorales están envueltos en multitud de factores que acaban determinando el resultado final, puede decirse que en el caso de las americanas de 2008, los nuevos medios de comunicación fueron decisivos a la hora de otorgar la victoria a uno de los candidatos.
La campaña de Obama se basó de lleno en el conocimiento y el estudio exhaustivo de sus votantes. Fue capaz de identificar un nuevo segmento, creciente, de población que es políticamente activa y comprometida, y que tiene su base de operaciones en internet, dado que le permite publicar sus propios mensajes y crear opinión. Captando la potencialidad de este grupo, tan abundante en EE.UU., Obama se centró en ellos, adaptando sus mensajes y aprovechando las posibilidades que la interactividad de los nuevos medios le ofrecían (recaudación de fondos, llamada al voto, reclutamiento de voluntarios, etc.). Además, las nuevas tecnologías le permitieron segmentar de forma muy importante al electorado, personalizando su mensaje y haciéndolo así más efectivo, ya que no es percibido como un bombardeo informativo, sino como algo realmente cercano al receptor, que está interesado porque le afecta de forma directa (sms por zonas, MyBarackObama, llamadas a latinos en español, blog de mujeres por el cambio creado por la actual primera dama, etc.).
En el mundo de la vigilancia tecnológica nos basamos en los llamados casos de éxito para extrapolar a nuestro entorno el uso de esa tecnología que ha funcionado a la perfección en otro mercado. No se trata de cortar y copiar, eso nunca funcionaría. El verdadero secreto está en saber adaptar e integrarlo en nuestra propia comunidad, con nuestras propias características. Nuestros políticos tienen una gran oportunidad para hacer uso de todas estas nuevas tecnologías y, especialmente, de la fuerza que la interactividad supone. No quiero que me hagan creer que ellos mismos van a responder a cada mensaje de Twitter, ni que van a crear una entrada diaria en Facebook o que van a colgar las fotos que realicen con su smartphone desde el mitin electoral. Solo quiero que pongan un equipo que conozca y sepa todo sobre ese campo de las tecnologías y que tengan el canal bidireccional abierto en todo momento. Quiero sentir a mis candidatos cerca de mí en todo momento. Que se olviden de los medios tradicionales como tractores de campaña y que se identifiquen de una vez con un medio que es mucho más cercano a su pueblo.
Pero después de las elecciones llega la Política 2.0. Si las nuevas tecnologías sirven para escuchar y hacer hablar a toda la ciudadanía antes de que vote, también sirven para que diga lo que piensa después. Existe una red social denominada Pinterest que se asemeja bastante a uno de esos corchos de las oficinas, donde cada uno puedo colocar mediante chinchetas un anuncio. Cualquiera que cruza por allí puede verlo, pero en las redes sociales además cualquiera puede responder y establecer una conversación. Quizás la forma de hacer política del futuro se tenga que parecer más a esto que al sistema actual. El problema puede estar en saber en qué nivel de integración con las tecnologías se encuentran nuestros políticos, si han sido capaces de adaptarse y de conocer el potencial de estos nuevos medios. Créanme si les digo que no están los tiempos para perder la oportunidad que estas elecciones de octubre les ofrecen. Aprovéchenla.

lunes, 20 de agosto de 2012

No sin mi eBook

Mi columna en DEIA, No sin mi eBook

No sin mi eBookHACE ya unos cuantos años al facturar mis maletas en el aeropuerto de Los Ángeles descubrí lo que podían llegar a pesar los libros. Nunca había pensado en ello, pero los más de 20 libros de tecnología que había comprado allí, disparaban el peso mínimo autorizado de equipaje. Menos mal que los americanos tienen solución para todo y disponían de un servicio de envío de paquetes a un precio bastante asequible, aunque los libros llegaran días después. Hoy viajo a todas partes con más libros que los que sé que podré llegar a leer en toda mi vida, y todo ello en los poco más de 200 gramos que pesa mi lector (eReader) de libros electrónicos (eBook).
DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
No sin mi eBook
JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 20 de Agosto de 2012 - Actualizado a las 05:38h       
HACE ya unos cuantos años al facturar mis maletas en el aeropuerto de Los Ángeles descubrí lo que podían llegar a pesar los libros. Nunca había pensado en ello, pero los más de 20 libros de tecnología que había comprado allí, disparaban el peso mínimo autorizado de equipaje. Menos mal que los americanos tienen solución para todo y disponían de un servicio de envío de paquetes a un precio bastante asequible, aunque los libros llegaran días después. Hoy viajo a todas partes con más libros que los que sé que podré llegar a leer en toda mi vida, y todo ello en los poco más de 200 gramos que pesa mi lector (eReader) de libros electrónicos (eBook).
Las nuevas generaciones no entenderán el porqué del libro en papel. Los nuevos lectores de libros electrónicos nos permiten consultar diccionarios, hacer notas sobre los libros, tener acceso a internet para cualquier duda y consulta. No entienden que carguemos con un libro de 3 kilos en la mano, que nos levantemos cada dos por tres a coger un volumen de la enciclopedia para hacer una consulta o que no nos atrevamos a marcar con un rotulador una cita de un libro porque nos parece que estamos mancillando el honor del papel. Y por supuesto, jamás entenderán que les tratemos de explicar que un libro nuevo huele a papel fresco y que su tacto al pasar de página nos hace sentir una emoción especial. Se acabó el romanticismo del libro.
El libro en papel es una especie en extinción, pero no creo que sea una especie a proteger. La mayoría puede creer que la popularidad del libro empezó hace siglos con Gutenberg, pero en realidad hace mucho menos de 100 años de este hecho. Nuestras anteriores generaciones disponían de muy pocos libros en sus hogares. Salvo muy honrosas excepciones, el único ejemplar que se tenía, era la Biblia o el misal. Por tanto, y sin caer en la demagogia de salvemos un bosque, no creo que la paulatina sustitución de los libros en papel por los libros electrónicos sea un retroceso en nada.
Si te gusta leer en cualquier sitio no tengas dudas, lánzate a comprar un lector de libros. Mi consejo es que compres uno de tinta electrónica. Se trata de una tecnología muy similar a la tinta liquida, casi no consume electricidad y permite una lectura muy cómoda sin cansancio ocular. Las tabletas también se pueden utilizar como lectores, disponen de muchas más funciones y aplicaciones pero la lectura prolongada en una pantalla que brilla y emite luz no suele ser bueno para la vista. Por supuesto, la gran diferencia entre unas y otras está en que la tinta es monocroma pero cabe preguntarse si hoy en día el color es realmente necesario para disfrutar de un buen libro. Otro aspecto a considerar, es el del precio de los libros electrónicos. Al menos aquí la ley permite distribuir gratuitamente todos los volúmenes de un autor del que hayan pasado 80 años desde su fallecimiento. El problema está en la carencia de oferta asequible de las novedades editoriales. No tiene ninguna lógica que un libro en papel y un libro electrónico tengan precios muy similares, cuando los costes de producción y distribución de estos últimos no son significativos. Donde no he visto ningún avance es en los textos escolares. Ninguna editorial se ha lanzado a la creación de contenidos educativos para ser utilizados desde este tipo de dispositivos. Creo que las editoriales están viviendo al día sin tener todavía claro cuál es su futuro.
Hace dos años explicaba en mis cursos que el único sitio al que no recomendaba llevar el libro electrónico era a la playa. Enseguida se oían comentarios del tipo, es por el brillo del sol, es por la arena, o es por la humedad que influye sobre los componentes electrónicos... No era por ninguna de esas razones sino porque hasta el socorrista se acercaba a preguntarte qué era eso que tenías en las manos, impidiéndome leer de un tirón. Hoy en día lo extraño será ver a ese alguien con un libro en papel.

lunes, 13 de agosto de 2012

Infoxicación

Mi columna en DEIA, Infoxicación

InfoxicaciónESTA semana, con motivo de la medalla de bronce en la disciplina "ricos sin más", que concede la revista Forbes, en esta ocasión a Don Amancio Ortega (Inditex), se establecía una de esas discusiones bizantinas, en la típica terraza de verano, en la que los dos bandos enfrentados utilizaban todas sus armas y argumentos. El tema del enconado debate era, si el llamado empresario gallego lo era tal, o si era natural de la provincia de León. Hasta que llegó el gracioso del teléfono con internet y mató el romanticismo de esta tertulia conectándose a la bien amada Wikipedia y certificando que había nacido y vivido durante 14 años en Busdongo de Arbas, provincia de León, fecha en la que se trasladó a La Coruña.
DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
Infoxicación
POR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 13 de Agosto de 2012 - Actualizado a las 05:38h
ESTA semana, con motivo de la medalla de bronce en la disciplina "ricos sin más", que concede la revista Forbes, en esta ocasión a Don Amancio Ortega (Inditex), se establecía una de esas discusiones bizantinas, en la típica terraza de verano, en la que los dos bandos enfrentados utilizaban todas sus armas y argumentos. El tema del enconado debate era, si el llamado empresario gallego lo era tal, o si era natural de la provincia de León. Hasta que llegó el gracioso del teléfono con internet y mató el romanticismo de esta tertulia conectándose a la bien amada Wikipedia y certificando que había nacido y vivido durante 14 años en Busdongo de Arbas, provincia de León, fecha en la que se trasladó a La Coruña.
Hasta la llegada de internet era imposible contar con un sistema o una herramienta accesible de información contemporánea. Podíamos conocer con pelos y señales toda la vida y obra de Napoleón pero resultaba un arduo trabajo periodístico conocer algo de la biografía de un nuevo ministro o saber cuáles habían sido las medallas de oro de las anteriores olimpiadas. La información estaba, pero escondida, guardada o memorizada en sitios, que sólo unos cuantos podían conocer. Pero la revolución que ha supuesto internet permitiendo el acceso a todo tipo de información, a mí me sigue pareciendo hoy en día casi milagroso. Hay mucha gente que habla incluso de exceso de información.
La Biblioteca de Alejandría disponía de medio millón de libros que hoy en día se podrían meter en tres discos duros de un Terabyte de capacidad. Los volúmenes almacenados en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos se pueden meter en 136 discos de la misma capacidad. Pero sólo para el nuevo correo electrónico generado cada año necesitamos alrededor de medio millón de discos de un Terabyte. Con estas cifras hay quien pueda llegar a pensar que estamos generando más información de la que somos capaces de procesar. Podemos hablar entonces de un término acuñado en el año 2002 por Alfons Cornella cuando publica su libro Infoxicación. Nos habla tanto del exceso de información que se produce, como de aquella a la que ahora tenemos acceso. Esto nos provoca una intoxicación informativa que nos impide digerir tanta información recibida en tan escaso tiempo. Se trata de una terrible frustración para muchos, al saber que cuentan con los datos a un solo click de ratón pero que el consumidor no es capaz de asimilar porque no sabe digerirla. Es un verdadero empacho de información.
Está claro que el nuevo escenario con el que nos toca vivir es éste, así que tenemos que dirigir todos nuestros esfuerzos en sacarle el mayor partido posible. Hemos pasado de ser meros consumidores de información a ser además generadores activos de esta información. Como consumidores, tendremos que saber analizar y diferenciar, las fuentes de las que beber. Son muchos los médicos que desaniman a sus pacientes, indicándoles que la información que sobre su enfermedad van a encontrar en internet, suele ser falsa. Pero si esa información que has leído se encontraba en la Family Health Guide de la Universidad de Harvard, el problema es de interpretación pero no de falsedad documental. Por tanto, será misión de cada uno saber distinguir dónde se encuentra la información buena.
Pero en muchas ocasiones no somos conscientes de que además somos los generadores de esa información. Pensamos que aquellos que escriben en un blog o que crean contenidos en una página web son los verdaderos documentalistas de internet. Pero nuestros comentarios en Facebook, por ejemplo, son parte de esos datos que van a quedar contenidos para siempre en internet. Y no olvidemos que las fotos y los vídeos que colgamos en nuestros muros o en nuestro Twitter también son parte de esos contenidos. La información de internet que hemos generado permanece allí, incluso a pesar de creer que la hemos borrado, ya que los buscadores mantienen una copia, denominada caché, que perdurará durante años. Esa inocente foto tomada en la verbena del año 2000 nos puede hacer daño en algo tan simple como buscar hoy un empleo.

lunes, 6 de agosto de 2012

WhatsApp no es gratis

Mi columna en DEIA, WhatsApp no es gratis


DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
WhatsApp no es gratis
POR JUAN DE LA HERRÁN, * JUANDELAHERRAN.COM - Lunes, 6 de Agosto de 2012 - Actualizado a las 05:37h     
WhatsApp no es gratisEXISTEN muchas aplicaciones (app) que instalamos en nuestros ordenadores o teléfonos móviles y que se pueden utilizar sin pagar por la licencia de uso. Pero cuando nos circunscribimos únicamente a nuestros smartphones, hablar de que el uso de un determinado programa es gratis, no creo que sea del todo verdad. Decir que WhatsApp es gratis puede parecer verdad. Al fin y al cabo es tan sencillo como descargarlo en nuestro teléfono, instalarlo, aceptar las condiciones de uso, sí, esas que nadie nos leemos, y ya podemos empezar a mandar mensajes a discreción, aparentemente sin coste alguno.
Pero en lo que no reparamos, es que esta es una de esas aplicaciones que requiere estar conectado a Internet para que funcione. Por tanto, deberemos tener un contrato especial con nuestro operador de telefonía móvil denominado contrato de datos. La mayoría de los proveedores tarifican este tipo de servicio en función del consumo que realicemos al navegar por Internet. Nos suelen proponer contratos, según ellos de tarifa plana, de entre 100 megas hasta 1 giga. Hasta que se consuma lo que has contratado puedes navegar a máxima velocidad y una vez que has llegado al consumo máximo puedes pagar por un bono que amplíe tu contrato o navegar a velocidad mínima, que yo suelo denominar como navegar por el ciberdespacio. ¿Cuánto tengo que contratar? Para mí existen tres cosas que tengas lo que tengas vas a gastar siempre. El sueldo, el disco duro y los megas contratados para navegar por Internet con tu teléfono móvil.
Todas esas aplicaciones que hemos denominado gratuitas, son consumidoras de megas de navegación, lo que quiere decir que tengo que tener contratada una línea de teléfono móvil, pero con un contrato de datos. Si antes, por poner un ejemplo, tenía un consumo de 30 euros mensuales de teléfono móvil, ahora al tener una tarifa con acceso a Internet, pago 60 euros. Conclusión, usar WhatsApp me cuesta 30 euros mensuales. Sí, ya sé que además ahora puedo navegar, consultar mi correo y muchas más cosas, pero que nadie me diga que ese uso es gratuito.
Sigo sin acabar de entender por qué se ha hecho tan popular un servicio de envío de mensajes a través de móvil, como WhatsApp. Cuando yo quiero enviar un mensaje a través de Internet me gusta más utilizar el correo electrónico. Puedo guardar una copia de mis mensajes, ordenarlos y clasificarlos, mandar a varios remitentes, y sin depender de quién tiene WhatsApp o no.
Pero existe un caso más curioso de aplicación, que según la CMT, Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, es libre, pero que yo creo que no. Me estoy refiriendo a las llamadas telefónicas mediante los teléfonos móviles, pero a través de Internet. Un ejemplo es el de Skype. Un programa muy sencillo, que con solo instalarlo en nuestro smartphone nos permite realizar llamadas a través de Internet. Pero si las operadoras detectan que estás haciendo un uso extensivo de este tipo de servicios pueden hacer que el programa deje de funcionar.
La CMT dice que esta práctica es ilegal, pero las operadoras lo hacen. Es curioso que al preguntarles a estas compañías por qué te han cortado el servicio, la respuesta es que se debe a una anomalía del software y niegan que ellas sean las responsables de ese corte. Si te das una vuelta por las tarifas de datos de las operadoras móviles te encontrarás que tienen, además de las tarifas normales, unas aún más caras, que incluyen 100 megas extras para llamadas Voz IP. Demostración evidente de que son ellas mismas las que capan este servicio. Escudarse en que la sostenibilidad de estas compañías depende del uso de la red de telefonía y no de la de datos no es excusa suficiente.
Por cierto, cuidado los amantes del WhatsApp que viajen al extranjero. Su tarifa de datos solo sirve para territorio nacional y cuando se hace uso de Internet desde el extranjero se tarifica por cada KB de información que se envía. Ya he tenido varios conocidos que me han venido con la sorpresa de la factura del mes de julio y sus vacaciones al extranjero.