martes, 5 de mayo de 2015

Voy a pilas

Mi columna en DEIA, Voy a pilas

Voy a pilasME cuesta mucho tirar las campanas al vuelo, como están haciendo casi todos los medios de comunicación, ante el anuncio de la compañía Tesla de su batería para el hogar. Yo llevo hablando y escribiendo sobre dos problemas que la tecnología actual no ha logrado resolver. Controlar una antena que emite y que recibe donde nosotros queramos y lograr una batería lo suficientemente pequeña y con un consumo mínimo, todavía están en la lista de tareas pendientes de los tecnólogos. Pero el anuncio de Tesla me recuerda en cierto sentido a los productos de Apple: sacan algo al mercado como una gran novedad, que en ocasiones ya lleva años funcionando. Su gran acierto es realizar una mejora conceptual, envuelta en un gran diseño, que los consumidores empiezan realmente a adoptar a partir de ese momento.

DESCONOZCO QUE DESCONOZCO
Voy a pilas
POR JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 4 de Mayo de 2015 - Actualizado a las 06:04h   
ME cuesta mucho tirar las campanas al vuelo, como están haciendo casi todos los medios de comunicación, ante el anuncio de la compañía Tesla de su batería para el hogar. Yo llevo hablando y escribiendo sobre dos problemas que la tecnología actual no ha logrado resolver. Controlar una antena que emite y que recibe donde nosotros queramos y lograr una batería lo suficientemente pequeña y con un consumo mínimo, todavía están en la lista de tareas pendientes de los tecnólogos. Pero el anuncio de Tesla me recuerda en cierto sentido a los productos de Apple: sacan algo al mercado como una gran novedad, que en ocasiones ya lleva años funcionando. Su gran acierto es realizar una mejora conceptual, envuelta en un gran diseño, que los consumidores empiezan realmente a adoptar a partir de ese momento.
Se supone que con esa batería de unos 3.500 dólares vamos a poder acumular en nuestros hogares la energía solar o eólica que produzcamos, o acumular mientras no estamos en casa aquellos kilovatios durante la tarifa más económica y consumirla en las horas de mayor precio. Al de 10 años cambiaremos de batería porque su eficacia disminuye y no es rentable. Dicho esto, me da la impresión de no contar nada nuevo. Sobre todo en Sudamérica, donde las compañías eléctricas y los gobiernos maltratan a los consumidores con cortes, que en el caso de la República Dominicana es de 8 horas al día, ya se utilizan estos sistemas. Se trata de lo que se llaman “inversores” que acumulan durante el día en baterías la energía, para que en el momento del apagón entren automáticamente en funcionamiento. Eso sí, sistemas no tan bonitos como los de Tesla.
Y no puedo terminar sin hablar del Real Decreto Ley 9/2013, de 12 de julio, por el que se adoptan medidas urgentes para garantizar la estabilidad financiera del sistema eléctrico. Son 42 páginas cargadas de fórmulas matemáticas y financieras que después de su análisis me llevan a una conclusión: aquí difícilmente podremos tener este tipo de sistemas. No sólo se abre la posibilidad de cobrar al consumidor por generar electricidad durante el día, sino que tampoco se permite aprovechar el extra durante la noche. Lo que podía ser la tercera revolución industrial va a tener en contra demasiados intereses. Al tiempo.

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