lunes, 3 de septiembre de 2012

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Mi columna en DEIA, Cloud

CloudQUIZÁS debería haber llamado a esta columna semanal como BuzzWord, en lugar de Desconozco que desconozco. En el mundo de internet existen infinidad de nuevos términos que surgen cada cierto tiempo y que en muchas ocasiones mueren en el intento de llegar a destacar o triunfar. Uno de esos palabros tecnológicos que sí que han llegado a boca de casi todos es el del Cloud Computing, que traducimos sencillamente como la nube. Mis servidores están en la nube, yo utilizo un servicio de correo electrónico en la nube, este verano he ido descargando las fotos de mi cámara en la nube. Parece que si no estás en la nube, no estás al día en tecnología, pero para muchos sigue siendo un enigma saber qué es exactamente el Cloud Computing. 
DESCONOZCO QUE CONOZCO
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JUAN DE LA HERRÁN - Lunes, 3 de Septiembre de 2012 - Actualizado a las 05:37h     
QUIZÁS debería haber llamado a esta columna semanal como BuzzWord, en lugar de Desconozco que desconozco. En el mundo de internet existen infinidad de nuevos términos que surgen cada cierto tiempo y que en muchas ocasiones mueren en el intento de llegar a destacar o triunfar. Uno de esos palabros tecnológicos que sí que han llegado a boca de casi todos es el del Cloud Computing, que traducimos sencillamente como la nube. Mis servidores están en la nube, yo utilizo un servicio de correo electrónico en la nube, este verano he ido descargando las fotos de mi cámara en la nube. Parece que si no estás en la nube, no estás al día en tecnología, pero para muchos sigue siendo un enigma saber qué es exactamente el Cloud Computing. 
Cuando empezaba a explicar lo que era internet en una pizarra allá por el año 1995, siempre hacíamos el mismo dibujo. Un ordenador con una flecha que conectaba con una nube en la que dentro escribíamos la palabra internet, de la que colgaban otros ordenadores y servidores. Y de ese dibujo tan simple, nace un día la palabra nube para referirnos a aquellos servicios que se encuentran en un ordenador remoto, en algún punto único dentro de la lógica de internet, pero que físicamente pueden estar distribuidos por miles de ordenadores en cientos de países. Vayamos con un ejemplo que nos ayudará mucho: el correo electrónico. Casi todo el mundo tiene una cuenta de correo a nivel empresarial o particular. En muchas ocasiones nuestras empresas tienen un servidor de correo ubicado físicamente en nuestra oficina donde van llegando los correos a la espera de que nos decidamos a leerlos desde un programa como puede ser Outlook, entre otros muchos. Sólo al estar conectados desde nuestra oficina al servidor podremos descargar y leer esos correos. Si queremos acceder a ese servidor desde nuestra casa, o en remoto desde un smartphone, necesitaremos que el servicio este disponible en internet, en la nube. Debemos habilitar las medidas de seguridad necesarias, tener el servidor conectado 24 horas al día los 365 días del año y a partir de ese momento nuestro servicio de correo es ya parte del cloud computing.
Pero mantener nuestros propios servidores en la nube es caro, por eso la mayoría de las empresas y casi todos los particulares recurrimos a los servicios que nos dan otras compañías, con el consiguiente ahorro de costes. Gmail o Hotmail son dos de esos servicios de correo que están en la nube. Cuando almacenamos las fotografías en un servicio como Flicker o Picasa o dejamos nuestros archivos o documentos en ordenadores remotos como los de Dropbox o Google Drive estamos utilizando servicios en la nube. Hay muchas empresas que dicen que su programa de contabilidad tiene que estar en un ordenador dentro de su oficina, principalmente por razones de seguridad y de privacidad. Pero esto impide que alguien pueda hacer teletrabajo o que se pueda hacer una consulta desde un teléfono móvil, a estos ordenadores. Colocando nuestro programa en un servidor en la nube podemos facilitar este tipo de tareas.
La controversia está servida. Dado que el cloud computing no permite a los usuarios poseer físicamente los dispositivos de almacenamiento de sus datos, deja la responsabilidad de ese almacenamiento y control en manos del proveedor del servicio en internet. Yo no lo veo así. internet no es más que un canal en el que cada vez podemos encontrar un mayor número de soluciones y servicios. Tiene muy pocos años de uso real y lo que antes nos costaba meses de trabajo, hoy son unas pocas horas. Cada vez resultará más sencillo trabajar en la nube sin depender tanto de los proveedores, aunque en la actualidad esto no es así.
Conozco empresas que tienen todas sus herramientas de trabajo en la nube. Sus servicios de correo, su CRM, su sistema de contabilidad y administración, y un paquete de diseño en 3 dimensiones. No tienen oficina, cada uno trabaja desde su casa y se comunican entre ellos por teléfono. No sé si este sistema es mejor o peor, pero la calidad de vida que les permite es real. Preguntadles a sus hijos.

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